En una noche donde cada posesión parecía definir el destino de la serie, Nacional mostró otra cara. Desde el salto inicial, el equipo Tricolor impuso condiciones con una defensa aguerrida y comprometida, liderada por la intensidad de Gastón Semiglia. Esa actitud defensiva fue el motor de un comienzo demoledor: un parcial de 7-0 que marcó el tono del Primer Cuarto. Michael Smith y Ernesto Oglivie aportaron vértigo y contundencia en transición, y aunque Aguada intentó reaccionar, su juego cayó por momentos en la previsibilidad. El cierre del primer período volvió a tener a Nacional como protagonista, con el aporte fresco desde el banco de Maozinha Pereira, cerrando con ventaja de 12 (33-21).
En el Segundo Cuarto el equipo de Álvaro Ponce tuvo problemas con el juego bajo el aro, algo que le dio réditos a Aguada, que sumó varios puntos tras rebotes ofensivos. Aun así, Nacional logró mantenerse al frente gracias al ingreso productivo de Bernardo Barrera y un perímetro más alto que le permitió sostener su ventaja. Sin embargo, una defensa en zona bien planteada por el aguatero complicó la fluida ofensiva Tricolor, algo que forzó al equipo a jugar en estático. Con ese escenario, la diferencia se redujo a solo tres puntos, pero en el cierre volvió a aparecer la energía del Bolso para estirar la renta a siete al descanso largo (54-47).
El tercer cuarto mostró a Nacional en su mejor versión. En apenas unos minutos, el equipo de Ponce explotó sus virtudes: transiciones rápidas, juego colectivo y una agresividad ofensiva que lo llevó a sacar 14 de diferencia. El desconcierto de Aguada, sumado a las faltas consecutivas, facilitaron el dominio albo. El empuje se sostuvo gracias a un buen ritmo y determinación. Sin embargo, el cierre no fue el ideal, y esa desconcentración permitió que Aguada redujera la brecha a once, dejando abierto el partido de cara al último chico.
Lo que vino después fue un terremoto. Aguada firmó un arranque de Último Cuarto furioso: parcial de 21-2 y partido completamente dado vuelta. Nacional se quedó sin respuestas atrás y su ofensiva se volvió predecible, sin claridad ni profundidad. Parecía que el esfuerzo anterior se desmoronaba. Pero en el momento más tenso, cuando el equipo estaba contra las cuerdas, apareció la figura de Gianfranco Espíndola. Con ocho puntos consecutivos, recuperó la confianza de todo el equipo y devolvió la ventaja al Tricolor. En los últimos minutos, los tiros libres fueron decisivos, pero el temple del Bolso terminó siendo superior.
Nacional se quedó con la victoria por 103 a 98 y forzó un sexto juego ante Aguada. La serie sigue viva, y los de Ponce demostraron que tienen con qué seguir soñando.
HAY SEXTA
El próximo viernes Nacional irá por la heróica, nuevamente en el Antel Arena a las 21:15 horas el Bolso y el aguatero se verán las caras en un sexto partido por las finales de la Liga Uruguaya de Básquetbol, donde los dirigidos por Álvaro Ponce deben volver a hacerse con la victoria para extender a una séptima y definitiva final para definir al Campeón, de ocurrir lo contrario, Aguada se coronará Campeón.
Actualmente la serie se encuentra 3-2 favorable al elenco rojiverde, pero Nacional demostró en la quinta final que tiene con qué seguir luchando por el título esta temporada y lo hará hasta el último segundo. Si el Bolso gana el próximo viernes, habrá una séptima final el domingo en el Antel Arena.
